"El boxeo es un deporte de lucha en el que uno sólo cuenta consigo mismo. Durante los meses que preceden a un combate, te dedicas a adiestrar el cuerpo y la mente mediante la práctica y el ayuno. Es un deporte draconiano en el que te juegas la vida, abrazando tanto la soledad como la gloria. Mis experiencias como boxeador, la intensidad de saltar al cuadrilátero, la soledad de tener que luchar completamente solo, sin contar con nadie, se convirtió en mi piedra de toque creativa."
Por ello, encontrarse con una obra de Ando le supone al espectador un momento de profunda emoción, de encontrarse con una geometría clara, nítida, pero muy alejada de los simple. Una sutileza oriental en la que florecen o subyacen, las creencias, la filosofía vital que el arquitecto fue asimilando desde su infancia en Osaka, unido a la observación del trabajo de maestros artesanos, sus recorridos por los barrios de su ciudad y de Kioto y luego el salto a Europa, le dieron un bagaje visual y de experiencias del que nacen sus obras.
Construcciones en las que los muros son un elemento fundamental, construidos con hormigón visto en muchos casos, muestran su naturaleza desnuda, dentro de una gama limitada de materiales, sin adornos y que transmiten una gran fuerza interna, casi como si invitaran a ser tan fuertes y puros como ellos mismos lo son, pero, al mismo tiempo, también pueden ser delicados, acogedores. Son pura esencia y demuestran que el gris hormigón también puede ser cálido y tener una belleza minimalista. Lo sencillo puede ser tremendamente bello.
Ando tampoco se olvida de lo que rodea al edificio, de ahí que la integración de la obra con el cielo sea otra de sus preocupaciones, un cielo que consigue que entre a formar parte de la construcción. Un cielo que enmarca las entradas propiciando un juego de luces y sombras con las paredes de un hormigón tridimensional, que generan una arquitectura dinámica, muy atrayente.
"A primera vista mi arquitectura connota desnudez, como si quisiera crear la clase de espacio abstracto que se obtiene al suprimir todos los elementos prácticos, funcionales y humanos. En realidad, yo no lucho por un espacio abstracto sino por un arquetipo de espacio."
La arquitectura de Ando es de una compleja simplicidad, sólida y delicada, de geometrías claras, rotundas, que imponen su presencia, y, al mismo tiempo, tienen un carácter fuertemente evocador, en unos muros que "casi parecen llenos de dolor", según escribe Masao Furuyama, quien también habla de la "estética de la ausencia", cuando se refiere a la obra de Ando.
7 comentarios:
Edificios muy bonitos, solo se ha de esperar que no tenga el sindrome del edificio enfermo, que cada vez padecen mas edificios modernos.
No creo que este vaya a ser un caso de arquitecto chapucero.
me ha gustado la parte en que habla del boxeo: en la vida y aquí también estamos solos
amor
Me ha gustado nada más que un poquito la arquitectura de Ando; No es santo de mi devoción.
Besos♠
LES DEJO UN GRAN ABRAZO!
Hola!!!
hace muchisimo que no pasaba por aqui, pero ahora espero retomar el blog...
aqui dejandote un saludito y leyendo tus textos
te dejo un beso
bye*
Tadao Ando es uno de los arquitectos vivos que m�s admiro, y precisamente por esas caracter�sticas que t� tan bien destacas: sencillez que no oculta complejidad y relaci�n estrecha, de di�logo, de cada una de sus construcciones con el entorno. El �ltimo edificio que he descubierto de �l me ha fascinado: el templo Komyo-Ji-Saijo, en Ehime, Jap�n, que es como si un arquitecto contempor�neo, �l, hubiera tenido la oportunidad de construir un templo en otra �poca con la sensibilidad actual y manteniendo el respeto por la tradici�n.
Gracias y saludos.
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