El tiempo recobrado de Marcel Proust

Sipnosis:

Última entrega de la saga "En busca del tiempo perdido" Publicada postumamente en los años 20.
En esta continuación la acción se situa en plena Gran Guerra y años posterioes. Decir acción es decir demasiodo, porque toda la novela son las divagaciones del autor sobre los personajes que configuran su mundo, el Gran Mundo de cierta aristocracia francesa. Los Guermantes, el barón de Charlus, la familia Swann y tantos y tantos personajes de los que nos pone al día de como les va en estos años del final de una epoca, sin duda los mejores tiempos de la humanidad, la Belle Epoc.





El Autor

Marcel Proust, nacio en París, 10 de julio de 1871. Autor de la serie de siete novelas En busca del tiempo perdido, una de las obras más destacadas e influyentes de la literatura del siglo XX.Proust es el hijo mayor de Adrien Proust, un famoso epidemiólogo francés, y Jeanne Weil, la nieta de un antiguo ministro de Justicia. En 1894 se autopublica Los placeres y los días, una recopilación de poemas en prosa, retratos y relatos largos en un estilo decadente. Ilustrado por Madeleine Lemaire, dueña del salón que Proust frecuenta con asiduidad junto con su amante venezolano Reynaldo Hahn, el cual contribuyó al libro con partituras compuestas por él. El libro le trae a Proust una reputación de diletante mundano que no se disipará hasta la publicación de los primeros tomos de En busca del tiempo perdido.En el verano de 1895 emprende la redacción de una novela que será publicada de manera póstuma en 1952 bajo el título Jean Santeuil. La publicación consiste en una organización y edición de múltiples fragmentos, pero no constituye de ninguna manera un conjunto acabado. Allí evoca Proust notablemente el «Caso Dreyfus», del cual fue uno de los actores apasionados. Trabajó en la traduccion de John Ruskin. , la elección de las obras traducidas no resulta eficaz y constituye un fracaso editorial. Es esta, sin embargo, la etapa de la carrera en donde se afirma la personalidad de Proust. En efecto, acompaña sus traducciones de un abundante aparato crítico, con largos y ricos prefacios casi tan extensos como el texto mismo y con múltiples notas.
Tras la muerte de sus padres, sobre todo la de su madre en 1905, su frágil salud se deteriora en demasía a causa del asma y la depresión por la pérdida materna. Vive recluido en el 102 del Boulevard Haussmann en París, donde hace cubrir las paredes de corcho para aislarse de ruidos y se vuelca en su trabajo. Vive exclusivamente de noche tomando café en grandes cantidades y casi sin comer, según cuenta Celeste Albaret, su criada en esos años, en un libro de memorias. Su obra principal, En busca del tiempo perdido, se publica entre 1913 y 1927, siendo el primer tomo publicado por su cuenta en la Editorial Grasset. Rápidamente, sin embargo, la editoria Gallimard reconsidera su rechazo inicial, responsabilidad única de André Gide; el cual apenas leyó un poco el principio, y acepta el segundo volumen: A la sombra de las muchachas en flor, por el que recibe en
1919 el premio Goncourt, después de que el propio Proust movilizara sus influencias pese a no ser ya un joven escritor como rezaban las bases del premio. Su homosexualidad, inconfesable en la sociedad de la época, está latente en su obra, sobre todo en el tomo de Sodoma y Gomorra, donde analiza tanto la homosexualidad masculina como femenina. Trabajó sin descanso en los seis libros siguientes de En busca del tiempo perdido hasta su muerte en 1922, víctima de una bronquitis mal tratada. Fue enterrado, junto a su padre y su hermano, Robert Proust, en el cementerio parisino Père-Lachaise.

Mis comentarios:


Puedo decir que no me ha gustado, se que literariamente es muy interesante, pero que pesada es. Los personajes son cargantes, por su esnobismo estupido no me extraña que todo aquel mundo acabara en la 1ª Guerra Mundial. Toda la novela es un ejercicio de memoria, es claro, tal como explica el autor en una de sus largas disquisiciones sobre su famosa magdalena que añora los tiempos de antes de la guerra, los años de su niñez y juventud. Pretende recuperarlos con esta larga exposición de sus recuerdos. Llegados a este punto del libro vemos que podría haberselo ahorrado, pues vemos que su vida, la novela es autobigrafica, es bastante patética, como casi todas las vidas. Proust retrata su homosexualidad a traves de dos personajes, el barón de Charlus, que este libro podemos verlo en un capítulo bastante chungo en un hotel de "ambiente" entregado a practicas sadomasoquistas. Y también a traves de marques de Saint Loup, muerto en la guerra, homosexual casado y padre de familia que lleva una doble vida sin salir del armario. Es gracioso pero a pesar de los años trascurridos esta novela seguiria siendo escandalosa, si no hubiera sido por Boris Izaguirre a quienes los homosexuales de España nunca podrán de agradecerle bastante la labor que hizo en pro de la normalización de su situación.
En estas últimas páginas el autor repasa lo que queda de aquellos personajes y aquellos salones, reuniones que patrocinaban las grandes soñoronas de la Belle Epoc. Se introduce un personaje, una americana que confunde nombres y hechos. La historia se difumina en la memoria hasta que nadie recordará todo aquel mundo. La lectura se hace farragosa, hay que tener una mentalidad proustiana para leer a Proust. De cuando la gente podía pasar el día mirando por la ventana mientras sonara música de Debussy en algún piano lejano, sin hacer nada. Cuando se disponia de tiempo para leer con calma. No como ahora que se lee en diagonal y se pierde el tiempo viendo la televisión
Proust era un chismoso de primera, según me parece la mayoria de los personajes corresponden a personajes reales de su época, con el nombre cambiado. En estas últimas páginas hace una apostilla cruel y patetica sobre una actriz, la Berma, qeu yo diría corresponde con Sara Bernaht. En el siglo pasado también "había tomate". Esto no es casualidad, Prosut es un icono para el mundo gey, y el director de El Tomanate, Francisco Javier, de buen seguro que lo conocia al dedillo. Lastima que su programa por falta de noticias del Gran Mundo (La duquesa de Alba, las Kaplovitxst....etc) tubiera que conformarse con las cocottes. (La Pantoja, la Jurado,la Monte, Marujita etc...)
"En busca del tiempo perdido" un epitafio de 3000 páginas.Es en la soiree de la marquesa de Guermantes, donde Proust se da cuenta que todos los personajes que por allí polulan están relacionados entre si, tejiendo una compleja red que es su vida. Es ahí cuando decide escribir esta obra de 7 volumenes antes que la memoria y sobre todo la muerte que presiente cercana lo borre para siempre.
Proust es un pesado, pero no creo que sea culpa del él, sino de la maldita época en que vivimos, llena de prisas y ocupaciones absurdas, es por eso que he decidido resucitarle, aunque de forma virtual.
PROUST HA ABIERTO UN BLOG EN

http://www.lacoctelera.com/cal

ESPERAMOS TU VISITA Y TU PARTICIPACIÓN

2 comentarios:

Anónimo dijo...

en busca del tiempo perdido es una delicia de novela, se disfruta muchísimo, y quizá el tiempo recobrado es de los mejores tomos

no la leí entera, pero sí varios tomos, se me hizo algo pesado el primero, salvo la parte del amor de swann, apasionante, y todos los que leí después me cautivaron

lo leí saltos y no entero porque lo leí por trabajo; la edición que sacas de alianza editorial, las pruebas las corregí yo

amor

Anónimo dijo...

jesús, te agradezco en el alma la invitación, pero es mal momento, aún hace poco tiempo que me di de baja de todos los blogs colectivos en que estaba y que el mío, en el que por cierto participaron más de una de tus redactoras, lo hice de nuevo individual

te agradezco ya te digo la invitación y mi amistad y mi compañerismo bloguero están contigo, si estás cerca hablamos cuando quieras de los blogs y de nuestras amistades comunes

gracias

santiago